Cuidados en el proceso de cicatrización: guía completa

Es bastante probable que en algún momento de nuestras vidas hayamos sufrido algún tipo de lesión que nos dejó una cicatriz. Desde las clásicas caídas de la bicicleta hasta quemaduras o accidentes graves, la cicatriz deja una huella en nuestra piel que puede ser más o menos visible y que incluso puede dejar secuelas psicológicas que perjudican la autoestima.

Aunque estéticamente puede parecer un efecto no deseado, la realidad es que las cicatrices son una señal de recuperación de la piel. Por eso es importante darles los cuidados adecuados para que evolucionen favorablemente y dejen la menor huella posible.

Fases de la cicatrización

Respuesta vascular

Se caracteriza por la aparición de un flujo de sangre proveniente de los vasos sanguíneos que han sido dañados y que elimina los cuerpos extraños que hayan penetrado en la herida. Cuando se detiene el flujo sanguíneo en la herida, comienza una fase de protección de la piel generado por unas células llamadas plaquetas, que se unen de tal forma que comienzan a “tapar” la lesión.

Inflamación

La piel lesionada comienza a inflamarse por la acción de unas células llamadas leucocitos. Sin embargo, no se trata de algo perjudicial para la herida, sino más bien de un proceso de limpieza para eliminar bacterias y desechos.

Reparación de la dermis

Se inicia la producción de colágeno, tejido conectivo y vasos sanguíneos que van a rellenar el espacio que dejó la lesión.

Formación de nuevo tejido (epitelización)

Aquí, unas células especializadas llamadas queratinocitos se desplazan desde los bordes de la lesión para comenzar el proceso de cicatrización.

Remodelado de tejido

Tras el cierre de la lesión se forma la cicatriz. Su forma y profundidad dependerá de la gravedad de la lesión y del tipo de piel, entre otros factores. Aquí es importante destacar que por más superficial haya sido la lesión siempre va a dejar una cicatriz, la diferencia radica en lo estético del resultado, que dependerá de lo mencionado anteriormente.

Cómo cuidar una cicatriz

Al momento de ocurrir la lesión, se debe lavar y limpiar. De esta forma se evitan infecciones que alteran el proceso de reparación de la piel.
Mantener la zona hidratada con productos humectantes. Se puede preguntar en la farmacia por un producto específico para cicatrices que ayude a humectar, acelere la cicatrización y provea protección UV.
Evitar la exposición solar para minimizar el riesgo de agravar la lesión. Se pueden utilizar curitas, gasa no adhesiva o láminas de hidrogel para cubrir la herida.
Limpiar la lesión y cambiar la curita o vendaje diariamente.
En el caso de las heridas con sutura, es importante seguir las recomendaciones médicas y respetar el tiempo de retiro de los puntos.
Una vez que la piel se ha recuperado es importante usar protección solar.
Por lo general, las lesiones menores pueden atenderse en casa, pero si la herida es muy grande o profunda o si el sangrado no se detiene hay que acudir al médico de inmediato.

Factores que influyen en la cicatrización

Edad: a mayor edad la cicatrización deja más secuelas.
Alimentación: una dieta balanceada ayuda al organismo a obtener las vitaminas, minerales y nutrientes que necesita para recuperarse.
Tratamiento de la lesión: una correcta limpieza de la herida, evitar la exposición al sol y usar los medicamentos recomendados por el dermatólogo contribuyen a una mejor y más rápida cicatrización.
Profundidad de la herida: las heridas más profundas tienden a dejar cicatrices más visibles.
Tamaño: mientras más pequeña la herida, la cicatriz será más discreta.
Enfermedades y hábitos: la diabetes, las enfermedades que comprometen el sistema inmunológico, el alcoholismo y el tabaquismo pueden impedir una correcta cicatrización.
Fármacos: los medicamentos con corticoides y la quimioterapia retrasan la cicatrización.